Lidiar con el cuerpo pesado, la falta de energía y la sensación de no poder mantener los ojos abiertos después de comer, es una de las situaciones más insoportables del mundo…sobre todo en la oficina.

A quién no le ha pasado que después de devorarse unos ricos tacos de bistec (y tras abusar un poquito del postre), regreses a tu lugar casi inconsciente y con un probable diagnóstico de food coma. ¡Admítelo! Seguro te ha sucedido más de una vez y cabeceaste frente al monitor o en el peor de los casos, te dormiste sobre el teclado y hasta te tragaste unas teclitas.

Según un estudio de Denis Burdakov, investigador de la Universidad de Cambridge, una de las principales causas del famoso mal del puerco, conocido científicamente como somnolencia postprandial, es el incremento de azúcares en la sangre. (Así que no, tu táctica del refresco frío y lleno de azúcar para despertarte no funciona, sino todo lo contrario).

Para que no lo soluciones con una pestañita a espaldas de tu jefe, en InStyle, te damos los mejores consejos para que evites el famoso mal del puerco después de comer:

1. Desayuna bien, come mejor: La somnolencia postprandial sucede cuando comemos más de lo necesario. Una buena forma de mantenernos al límite está en desayunar un plato rico en proteínas. Además de que comerás menos en la tarde, tendrás más energía durante el día.

2. Divide tu comida: Si de plano no te funciona desayunar porque nunca lo has hecho, prueba con una colación a medio día. Pueden ser nueces, almendras, fruta o algo saludable que te ayude a complementar el plato que comerás en la tarde. Btw, intenta que tu comida pertenezca al clan de lo ligero.

3. Menos grasa, más verduras: Sabemos que amas los tacos de bistec campechanos que venden cada martes afuera de tu trabajo, pero si no te quieres dormir a medio excel, aléjate de la grasa. Comer grasas hace que la digestión del cuerpo sea más lenta y nos haga sentir cansados. Evita también pan refinado, papas y opta por las verduritas.

4. Todo es mejor despacio: Hay quienes no tienen horas para salir a comer, pero darse el tiempo necesario para masticar hará que tu cerebro se sienta satisfecho antes de devorarte el plato de todos los de la oficina.

5. Actívate: No necesitas ir a un gym, pero sí puedes intentar dar una vuelta al patio de tu trabajo o alrededor de la cuadra antes de regresar y sentarte frente al monitor. Si en tu trabajo hay elevador y escaleras, opta por las segundas.

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